Solo conocemos las cosas por contraste. En la época dorada de la infancia no sabíamos que éramos felices, porque no sabíamos qué era estar abrumados, estresados, tristes. En la época en que se creyó que la tierra era el centro del universo no se había descubierto el propio movimiento de la tierra. Vivir es construir un mundo, nuestro propio mundo. Todas las experiencias adquiridas constituyen el fondo con el que contrastamos cada nueva visión, imagen, vivencia.
j/e
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