14 de octubre de 2012

A)

El suicidio también es una culminación de la vida. Los seres humanos somos una ínfima parte de todos los organismos que han poblado este planeta y, en un sentido biológico, la vida humana está sobrevalorada. La ropa, la profesión, las calificaciones, la pareja, el crédito. Cuando sabemos perfectamente que no hay un dios, que no hay recompensa, que no hay más milagro que la continuidad de la propia vida, la fecundación incansable de un óvulo por un espermatozoide, la desquiciada reproducción del zigoto para formar un diminuto ser que haya de cargar con el peso de nuestras desgracias o de nuestros aciertos (porque ambas cosas son un lastre), su consecuente evolución como guiada por desastres naturales fuera completamente de su alcance, de su conciencia; que no hay justicia ni equilibrio sino aquel que marcan los límites de los recursos... entonces, ¿qué?
La vida es un parásito de la propia vida y sus goces no son más que recursos para asegurar este devenir absurdo de otras vidas. Pues nada. A veces dan ganas de dejar de existir. Salirse de esta rutinaria y estúpida tradición de estar vivo porque eso es algo importante, porque hay otra gente, por los libros, las películas y las botellas de whisky.

Arroparse de la nada más absoluta. La vida es un movimiento de materia de aquí para allá, su origen es la nada y su fin es la nada. Desaparecer y dejar de sufrir y ser felices.

10 de agosto de 2012

Atheism

El ateísmo no es una posición, como tal, que niegue la existencia de dios. Tampoco es una posición convencida que demuestre la no existencia de dios. Es, sencillamente, una posición tomada ante la no evidencia de dios. Si no hay evidencia, no hay por qué creer en algo.

Para saber algo, partimos de lo que conocemos, de lo que sabemos que existe. Y comenzamos con aquello que nuestros sentidos. Quizá las cosas que sentimos y percibimos no existan tal como las percibimos, incluso podrían ser alucinaciones y no haber una correlación real de aquello percibido. Pero podemos estar más o menos seguros de que las señales que percibimos provienen de algo existente.
Una de las "pruebas" esgrimidas históricamente por el pensamiento religioso de que hay algo superior a nosotros y creador de todas las cosas, es el orden visto en el universo. Pero no hay tal orden. El orden es solo una categoría donde hemos puesto ciertas observaciones. El universo, visto en su conjunto, es un completo caos que se dirige a su extinción, guiado por la entropía.

Si partimos de lo que existe, el origen de dios se remonta a los primeros atisbos de conciencia del humano. La idea de dios es bastante primitiva y no hay razón para creer que nuestros ancestros tuvieran más bases que nosotros, para tener razón. Como tal, dios fue de las primeras teorías para explicarnos, para explicar por qué estamos aquí, para justificar nuestra presencia.

21 de julio de 2012

k

Estoy jugando al papel de ser yo, el de imitar y converger con la imagen especular de mí mismo. Los múltiples estados microscópicos que debo reunir para que la masa de mi existencia sea, al menos fenomenológicamente, esto. Y sin embargo, cuántas permutaciones no podrían dar el mismo resultado. Un día podría ir caminando por ahí y encontrarme, mirarme en tercera persona, verme igual, idéntico, pero no ser el mismo. No ser Lo mismo.
En esas fisuras, en esos átomos que no convergen, en esa robustez que admite tantos fallos para dar el mismo resultado, las diferencias sutiles me permiten ser otro, moverme entre esa libertad que da lo caótico sin prestar demasiada atención a la abrumadora responsabilidad de mantener el equilibrio entrópico: el de representar un carácter desde mi nacimiento hasta reunirme con la nada. Contribuir al inexorable fin del universo consumiendo energía y desordenando todo. Porque soy información y también soy un proceso, lo momentáneo no existe.

El exterior nos define, apenas si damos un paso que no esté predeterminado. Empezamos como dos células unidas por interacciones químicas, y solo la posibilidad de esa unión da comienzo a la concatenación sin pausas y frenética del proceso de vivir. Somos una probabilidad, un cálculo de muchas funciones interdependientes. Pronto, inmediatamente, estamos envueltos en la lucha de la supervivencia. Las células se unen, se multiplican, se transforman y se vuelven un sistema que depende de lo que suceda afuera, aferrado a ser moldeado.

Interpreto la realidad. Mientras un perro ladra millones de ruidos lo acompañan y llegan en cascada a mis oídos que solo saben una cosa: un perro está ladrando. No puedo escuchar todo al mismo tiempo, sintonizo con una forma y paulatinamente emerge un patrón y conscientemente lo identifico.

18 de enero de 2012

Point spread function II

Esta carrera nos enseña sobre la vida en general. Hay cientos de miles de entes conspirando para hacernos pedazos, hasta los más amigables te hieren de alguna forma insospechada, cuando das la espalda. Los más inteligentes te dejan vivir para seguirse aprovechando.
No quieren tus residuos, quieren lo más valioso de ti. No hay más que esconder tus más valiosas pertenencias y enseñar los dientes en general. Cerrar las puertas, olvidar las cosas importantes. Nada lo es, nada es lo que parece.

Hoy entendí que hasta el  mejor amigo es una puta que se vende a los placeres egoístas. Ni modo.

13 de enero de 2012

I

La noche amortajó el espacio. No siempre puede llegarse a un cuerpo persiguiendo una sombra, te topas con el muro de formas inauditas
como una mesa
como un espejo
como tu propio cuerpo.

Sigues palpando. No es agnosia. Estás desesperado.
Hueles a ceniza. La postsustancia residual de la existencia. Emmanuel reducto de la nada.

Es hora de desaparecer por las grutas que formaron tus uñas. Te preguntarás dónde estas indefinidamente, en la línea del tiempo, aunque te ubicaras plenamente en un plano cartesiano en las tres direcciones que proyecta el punto que es la materia de la que estás hecho, aún así no sabrías qué es esa cosa que sientes como tú, por qué estás parado y confundido observando inamovible el abismo ininteligible que entra por tus ojos. En duda perpetua, ¿a dónde vas?

Point spread function, le llaman los físicos de óptica a la función que puede traer de vuelta el objeto real cuando una imagen es borrosa. Point spread function. No sabes despejar la incógnita. ¿Cuál incógnita? La del miedo, seguro.

No sabes de dónde partiste, construiste el  laberinto que se hizo tu hábito.

6 de enero de 2012

Discurso de las armas y las letras

Bienvenidos sean a esta importante ceremonia de uno de los premios más importantes de las letras a nivel mundial... Invitamos a nuestro laureado poeta y narrador a ocupar este su lugar, como es costumbre, a decirnos unas palabras. Por favor, Jaime Alcalá.

Gracias, gracias. No tengo mucho qué decir que no digan mis escritos, es verdad que la comunión que existe entre mis manos y el papel en cambio es una carencia entre mi boca y los auditorios, quizá la vastedad del volumen inmovilice mis cuerdas bucales. Pero estoy acostumbrado, comencé a escribir porque es corriente en mi país que la palabra hablada se ahogue en el vacío, si no es el puño o la bala la que nos callen. En cambio uno puede escribir y esconder la mano, incluso desde otro país, aunque para hablar de la realidad hay qué estar cerca de ella. Y hablando de esto, quisiera hacer una importante aclaración. Se acusa aquí en este auditorio que Jaime Alcalá es un escritor surrealista, de ficción, de terror. No soy surrealista señores y señoras, soy mexicano. Lo mismo aplica para las etiquetas de ficción y terror. Soy mexicano, repito, y cronista. Sucede que ustedes no creen la verdad. No nos alarmamos. Afirmo que podríamos escribir 1984 transcribiendo titulares de los principales periódicos desde hace 3 años. México es la suma de todas las miserias individuales de cien millones de personas que no tienen voz y su opinión debe ser asumida por otros. Esos otros se dividen en dos bandos: aquellos que pregonan su fortuna de haber nacido en las coordenadas que los sitúan en su nación y llenos de oronda satisfacción cantan escriben se tatúan su falso y oficial orgullo patriótico y dicen que como México no hay dos y todos sabemos que como ningún puto país hay dos, pobres imbéciles; por otro lado estamos una bandada de muertos de hambre que, por decir lo menos, llenamos de mierda los símbolos patrios. Quiero hacer un paréntesis aquí: recibo este premio con vergüenza, me viene valiendo madres su oficial reconocimiento, pero tengo hambre y familia y, parafraseando a Gabriel García Márquez, no quiero hacer fila en las tortillas. Punto.
No es el típico "estamos hasta la madre". No, ya no luchamos solo por odio, luchamos por inercia, lloramos, gemimos. Representamos los modernos Jeremías, nos preguntamos qué dios, qué desastre natural incontenible pasó por aquí, por qué, para qué, qué hicimos sino más que quedarnos pasmados ante el abuso sin poder articular una queja, quizá por confort algunos, otros por falta de aliento. Confiamos estúpidamente en que teníamos representantes entre nosotros mismos. Les dimos poder y se nos olvidó que se los dimos. Izaron la bandera de la riqueza personal, del interés propio, de los conglomerados políticos, de la oligarquía y las corporaciones. Fuimos testigos de cómo despegaron de la tierra y se volvieron inalcanzables. Yo les grito desde aquí y hago de mis libros avioncitos (a ver si así leen), pero mi discurso sumamente racionalizado solo significa una cosa, y con estas palabras me despido (incluyendo del señor presidente que hizo el favor de traer su fina persona para engalanarse con mi logro), repito, solo significa una cosa: chinguen a toda su madre.

Gracias.

2 de enero de 2012

La selección natural de los padres pendejos

Ávidos de la crítica destructiva y de la burla culera, Juan Carlos (un amigo psicólogo) y yo (...) hemos hecho la siguiente hipótesis:


Si los padres pendejos que pululan este país fueran un agente selectivo de la humanidad, solo los hijos que desarrollaran las siguientes cualidades/habilidades sobrevirían:

1: Los niños serían seres incapacitados evolutivamente para jugar, tendrán que permanecer sentados hasta que físicamente estén preparados para trabajar y así no hacer sufrir a sus pobres madres.
2) Desarrollarían un impermeable a la mugre en la piel y en la ropa, para no ensuciarse tan rápido. 
3) Levitarían en los sillones para no desarreglarlos. 
4) Serían mudos para no perturbar la tranquilidad hogareña o para no herir la fina sensibilidad de los padres con preguntas que no pueden o incomoda responder.
‎5) Los niños no existirían.
6) No existirían los padres.
7) Los hijos no pensarían, solo acatarían órdenes.
8) Tendrían un sistema magnético - digestivo que impediría a los niños jugar con la comida y entraría automáticamente al sistema, defecando en dos minutos... El deshecho sería evaporado inmediatamente.
‎9) Nacerían sabiendo caminar porque a los padres les harta abrazarlos todo el día.
10) Tendrían la psicomotricidad de un jugador de billar, uno de fútbol, un artesano y una bailarina profesional; todo esto para evitar caerse y romper cosas.

La lista corre el peligro de volverse larguísima. Basten estas 10 cualidades para indicar el profundo rezago en el rubro de la crianza que tienen los padres. No solo lo afirmamos gratuitamente, mire a su alrededor querido lector ficticio.

Mr. Nobody y la many-worlds interpretation

Acabo de terminar de ver Mr. Nobody. Un cine diferente. Reminescencias de El eterno resplandor... y Los amantes del círculo polar. Ventanas por donde se fuga la realidad: la cognición en todo su esplendor, explota las multidimensiones que da la toma de decisiones y crea un universo donde todos los "porvenires", como dijo Borges en El jardín de los senderos que se bifurcan, o como el experimento mental del gato de Schrödinger, conviven al mismo tiempo.
El narrador es Nemo Nobody, un anciano cuya cabeza es un nudo de recuerdos de recuerdos, la fantasía de un texto que estaba escribiendo mientras era adolescente se mezcla con las vidas posibles que imaginó o que tuvo en sueños o que pudo haber tenido si hubiese girado otra puerta diferente. Para él todo convive en el mismo universo porque todo pudo haber tenido significado existencial. 
El tiempo es una preocupación del filme: si es lineal, si es escalonado, si es circular. Si el tiempo empezó con el Big bang y es una dimensión más del universo, al colapsarse el universo ¿el tiempo, al igual que las otras tres dimensiones espaciales, se contraería de la misma manera? Y a partir de esto hace experimentos mentales. La mente es una máquina del tiempo. Se puede "recordar" el futuro y el futuro existe físicamente con todas las variedades posibles que cada decisión pudo haber creado.

(Sé que en cierto sentido, los personajes que un escritor imagina tienen vida propia en el texto. Me gustaría por un momento visitar las páginas y ver cómo es la vida en 2 dimensiones. Dicen los neurocientíficos que nuestro cerebro filtra constantemente la realidad. La naturaleza ha seleccionado históricamente las características que nos permitieran sobrevivir y reproducirnos con éxito, frente a otras especies e individuos de nuestra misma especie, de modo que ciertas características de nuestro cerebro nos hicieron aptos... y por eso estamos vivos. Eso significa que hay cosas de la realidad que no podemos captar sencillamente porque nuestro cerebro no evolucionó para captarlas, somos nosotros los que nos adaptamos, no la realidad. Dicho esto, sugiero que hay porciones del universo que no podemos comprender porque estamos limitados, como el espectro electromagnético: es mayor a lo que perciben nuestros ojos)

Se la recomiendo a mis lectores inexistentes. La pueden ver aquí online y subtitulada. Voy a imaginar que alguien se metió y la vio y tuvo un orgasmo intelectual, si es que eso existe, después me cuentan qué pasó en su universo creado por mi imaginación. Esta película es para ser pensada. No se distraigan, arrímense la bacinica.

Me largo. Tengo sueño.