5 de agosto de 2009

El Pynchon que comparto

El caos. Atendamos al desarrollo del acto narrativo: inicio, desarrollo, conclusión. De pi a pa hay ilación, el discuro es consecuente, tanto en su tema como en el sentido durativo (el tiempo del discurso comparado al tiempo de la historia). A pesar de que pueda haber malabarismos estructurales (como puesta en abismo, anacronías...), se puede relacionar directamente unos eventos con otros, atendiendo al tiempo de la historia más que al discursivo, y al tema. (No me meto con las novelas atemporales, como Ulises o La señora Dalloway, que suspenden el sentido durativo del discurso).

¿Por qué comienzo con la palabra caos? En termodinámica, la entropía es una función de estado cuyas propiedades no radican en la trayectoria de un proceso, sino en sus estados inicial y final. La entropía mide la espontaniedad de un proceso, esto es, si es posible que ocurra de forma espontánea. Para que un proceso sea espontáneo, la entropía final debe ser mayor que la inicial, porque el universo tiende a maximizar la entropía, es decir, a distribuir de la forma más aleatoria posible un sistema. Cuando un proceso no es posible de forma natural necesita una energía de activación (p.ej., cuando un sistema está en equilibrio necesitamos modificar alguna de sus variables para que ocurra un cambio) para hacerlo posible.

Regresemos al acto narrativo. Comenzamos esbozando una historia mediante nuestro discurso. La línea general que seguimos al narrar, el argumento, deviene una concatenación de sucesos que desembocan en la conclusión del discurso: del tiempo y del tema. Es decir, fue un proceso espontáneo, natural, si hacemos uso del concepto entropía. Pero, ¿qué tal si en vez de concatenar en base a una línea argumental anudamos los hechos, las palabras y el tiempo de manera que nada sea coherente? ¿Estaremos haciendo literatura? El problema no es hablar de barbaridades extratemporales, sino en cómo desarrollarlas y anudarlas: darles "su energía de activación".

Sería una terea interesante, que Thomas Pynchon ha sustentado en distintos libros, especialmente Arco Iris de gravedad.


j/e alcalá