Estoy perdiendo la guerra contra la vida. En una escena de la calle, el sol amplifica mi sombra. Soy yo el que camina. Soy yo la prolongación de otra calle. Por mí transitan otros seres menos afortunados, sus ojos, sus miradas, pero nunca sus caricias.
Y por un momento de lucidez, un insight, sé que he enloquecido. Esto no es real. No estoy vivo, no existo. Soy parte del imaginario colectivo, o son parte de imaginación. O me imaginé de la nada.
28 de agosto de 2011
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