30 de noviembre de 2014
Los juegos del hambre desde un punto de vista sociológico
Más que una reseña, es una reflexión. Este comentario fue de mi amigo Eder Noda:
"Un jugador del distrito 12 que se va a los juegos del hambre (la industria tecnológica), despoja su humanidad (enajenación del trabajo) a cambio de que si gana (productividad + competencia), podrá dejar de ser pobre y el sistema lo retribuye incluso hasta con riquezas.
Entonces, el sistema dará un recordatorio a los rebeldes: tenemos el control. Esas oportunidades de concurso te lo da la institución como la escuela o el sindicato y la burocracia. Y claro que pueden acceder los pobres, pero eso no cambia la pobreza porque se produce por el propio sistema de desigualdad que existe."
No creo estar diciendo mucho si digo que tanto las películas como los libros siguen la línea de las distopías y el mensaje político de la rebelión. Katniss Everdeen, que en la película está representada por la bella Jennifer Lawrence y en el libro uno se imagina una especie de Rosa Luxemburgo, es una impetuosa, inteligente y joven habitante del distrito 12, el más pobre de todos. ¿Se nota el dejo marxista? De la clase más oprimida surge el símbolo de la lucha.
Distritos organizados y controlados mediante la fuerza brutal y el entretenimiento por un órgano central (dictatorial) llamado el Capitolio. Nada nuevo hasta aquí. Como mencionó Eder, no solo está el control y el entretenimiento. El Capitolio añade algo más: la esperanza, la administración de la esperanza. Un eco lejano en la historia mil veces repetido se escucha: los pobres tienen oportunidades, el problema no es de la sociedad y del estado. ¿Por qué alimenta la esperanza el Capitolio? Porque la culpa no va a ser estructural (del sistema), sino del individuo. Fácil. Pareciera que la opresión y la pobreza no son momentos singularmente situados en la historia y la cultura, sino que surge de la volutad de los ciudadanos: ellos no quieren estar mejor.
Hay qué ver más cerca todo esto. En el Capitolio habitan los ciudadanos llamados... exacto, capitalistas. Estos capitalistas disfrutan no de lo que producen, sino de lo que producen los otros distritos (más pobres), que no disfrutan el producto de su trabajo sino que, enajenados, solo observan cómo les es retirado todo, incluso la vida, tan solo por razones históricas. Sí, entonces fue la historia la que justificó el poder de unos sobre otros, la historia es la legitimadora de la obediencia, la opresión, el control autoritario. El mensaje es claro: los capitalistas usan el poder del estado para legitimar su posición ventajosa, y cuando los oprimidos quieren levantarse, el estado usa la violencia.
En la última entrega (falta una más) vi un giro bastante cínico. Los rebeldes ya se están organizando, pero usan a la rebelde Katniss como símbolo mediático. Katniss está condenada a proveer la libertad de los otros. No hay solución posible a este enredo. Los revolucionarios están usando maquiavélicamente al símbolo rebelde. ¿Se justifica la libertad de todos privando de libertad a una persona y manipulándola? ¿Katniss y el poder de hacer la diferencia? El viejo dilema del individuo o el grupo. No miente el Capitolio, su control y su organización opresiva mantienen viva a la gente. Los ciudadanos no quieren solo sobrevivir y miles se sacrifican. Los ideales prevalecen, pero no deja uno de preguntarse si todo esto vale la pena. La historia no carece de sentido de la ironía y del cinismo.
J.E. Alcalá
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