26 de marzo de 2013

Unas palabras que les sonarán mainstream: El progreso está atascado de errores y desestabilizaciones. Empezando por aquella singularidad justo en el momento en el que nació el universo dando origen al Big Bang... fue la primera cosa inestable, y también la más grande. No sabemos a quién le salió mal ese experimento.
Seguimos con la historia de eso. La convulsa historia de la formación de los elementos químicos en el centro incandescente de estrellas en proceso de descomposición. Éstas explotaron, su polvo cósmico devino en otros cuerpos celestes, por ejemplo, la Tierra. Nitrógeno, oxígeno, carbono, azufre, fósforo, sodio, calcio, etc. Energía que hoy nos aniquilaría nos dio origen: luz uv, calor volcánico, y otras radiaciones ionizantes fueron la fuente que usó el organismo primigenio para organizarse. Mutaciones, sí, cosas inestables, orden del caos, patrones emergieron, así como emerge de un mar convulso de letras en nuestra memoria una palabra.
Acumulación de desorden, de anomalías, y los organismos fueron haciéndose cada vez más complejos. Uno de aquél lado producía dióxido de carbono, otro más allá lo utilizaba y producía oxígeno. Uno tenía branqueas, otro piernas o alas. Lancen un puño de hojas en un remolino de viento e intenten predecir su estado final.
Hablo del lenguaje que quizá surgió como un juego de niños que descubrieron sus cuerdas bucales por error. Porque el error rompe con el pasado y hay que reinterpretar. Hay qué ser creativos, dialécticos.
También hablo de Marx que pensó la historia como una lucha de clases al notar el desgraciado rumbo del capitalismo como error y horror económico.

De Einstein que creó la Teoría de la Relatividad porque Newton se había equivocado. De la interpretación de Copenhagen de la mecánica cuántica que hizo de la realidad nada más que una percepción probabilística.
De Bolztmann que dijo que el universo se enfriará y desaparecerá en la nada algún día, porque estamos viviendo un error, y esa es una forma de cerrar la historia.

No hay comentarios: