20 de julio de 2011

Tokio Blues

Kizuki se mató. El humo desplazó el aliento de vida en sus pulmones, cerró los ojos, recordó cuántas cosas había dejado y esto no importaba.
A nadie le hizo falta, su ausencia se tragó todo, nadie recordó su vida, los recuerdos evadían su presencia, su cuerpo, todos notaron la nada que dejó a su paso. Quizá fue al recordar cuántas cosas había dejado, en ese instante, todo murió en ese coche.

j/e

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