30 de junio de 2011

Del teatro propagandístico

- ¿Les gusta el teatro?
- Sí, claro.
- Lo que pasa es que estoy haciendo una obra de teatro.
- Ah mire, ¿y de qué trata?
- Híjole, está buenísima. Yo intento concientizar a los jóvenes sobre los placeres mundanos [le da una calada al cigarro, le sorbe al café], sobre los peligros del aborto, y muchas cosas.
- Ah, bueno, mire... yo pues me pronuncio a favor de la despenalización.
- No yo no [o, No yo no quiero que la gente tenga la opción de decidir, quiero que mi punto de vista se imponga], yo digo que bajo ninguna circunstancia, ni por abuso sexual, ni porque está muy niña. El aborto deja secuelas para toda la vida, las deja bien dañandas.
- Bueno, eso solo significa que debe haber seguimiento psicológico, información pre y postaborción. Pero, de cualquier modo, la despenalización no obliga a las mujeres a abortar, les da el derecho.
- ¿Y por los derechos de los bebés quién aboga?
- Ah, es un mundo injusto, ¿verdad? Aboga la propia embarazada, como siempre, como siempre en la historia, ¿o se impondrá el punto de vista de los hombres, como siempre? Así que todas las injusticias del mundo lo tienen a usted como su San Antonio. A ver, ¿va a ser una obra contra los malos políticos, las malas estrategias de educación sexual, la pobreza, la religión católica y el abuso de menores, el narcotráfico, el hambre, el maltrato animal, pisar en el suelo sin mirar si hay hormigas? ¿O se trata solo de un tema polémico y sensible? Es más, concientice a los violadores para que usen condón...

j/e